Hong Kong es el lugar más densamente poblado del planeta, producto de una legislación especial sobre un reducido archipiélago . Todo comienza cuando los barcos ingleses que importaban gran cantidad de té hacían el viaje a China casi vacíos; pues los chinos consideraban a los ingleses bárbaros con poco refinamiento y sus productos (salvo la plata) no les parecían atractivos. Para paliar este problema (de los barcos varios) a los ingleses se les ocurrió importar ilegalmente opio a China. La posición del gobierno de Quing dio origen a la guerra del opio y Hong Kong fue el botín para el ganador.
La sobre población tiene sus ventajas e inconvenientes. Por el lado negativo está el hacinamiento: de bajo o alto ingreso como se ve el las fotos, en el transporte, en las tiendas… pareciera que la privacidad o el reposo son imposibles para habitantes y visitantes.
Por el lado positivo creó una de las economías más vibrantes del pasado siglo XX. Ahora se puede encontrar cualquier producto del mundo al mejor precio. Mercancías llegadas en enormes barcos que recuerdan la vocación comercial de la gran urbe. Y claro grandes edificios (modernos en su día).
Todas las noches de 8:00 a 8:15 las luces salen a jugar para ofrecer una inmejorable vista desde Victoria Harbour. Es difícil no seguir presionando el obturador de la cámara.
Hong Kong como todas las grandes metrópolis combina un poco de todo. Se pueden ver los viejos Tranvías junto a los modernos autobuses de dos pisos, elegantes hoteles, hasta un perico libre en el parque…
Una visita casi obligada es Victoria Peak, aunque yo lo describiría mejor como un “Turist Trap”. La vista es muy buena, pero para subir hay que hacer cola (se puede acortar algo comprando un paquete que incluye el museo de cera) y convivir en masa como si del metro se tratara.
Chi Lin
Pero lo imposible sucede; en medio de todo esto: un convento de monjas budistas. Mantienen un jardín impecable que es un remanso de paz y armonía. De fondo la música tipo zen, absolutamente minimalista, complementa la experiencia que parece extraída de otro mundo.
En Shanghái convive lo ultramoderno, de muy reciente factura, con lo tradicional.
Yuyuan
El jardín de (Yu) la tranquilidad, diseñado durante la dinastía Ming (1559-1577) por Pan Yunduan y construido a imagen y semejanza de los jardines imperiales es uno de los lugares más emblemáticos de la China tradicional.
Para llegar a él hay que pasar por el quish chino, en mi visita, en su máxima expresión por el esperado año nuevo, toca mono. Las fotos hablan por sí solas.
Vale la pena la travesía pues se arriba al lugar que ha creado la imagen de la china tradicional, lleno de paz y sincretismo. Yu es una visita obligada para quien quiera sentir la expresión artística de esta gran nación.
Pudong
En el polo opuesto, aunque a corta distancia se encuentra el Shanghái de los rascacielos, el más alto terminado hace unos meses.
Todas las marcas de lujo se concentran entre vidrio y acero. China representa el 42% del mercado de lujo mundial. Es decir el jetset Chino tiene mayor poder de compra que el de toda Europa y Estados Unidos juntos.
The Bund
Además de ser uno de los skiline más impresionantes del mundo, este malecón junto al río conserva la clase que adquirió Shanghai a principios de siglo.
Shanghái contrasta con Pekín,: lo moderno contra el centralismo, lo cantonés frente a lo mandarín. En cuanto a la comida se me hizo más agradable la cocina mandarín del norte, más de potages con verduras. La cantonesa se basa en la fritura y el puerco. Ambas ofrecen alternativas para un amplio registro de paladares, yo no fui de los más osados y pasé de alacranes y otras delicatesen.
En lo práctico me sorprendió China, es muy fácil moverse en su transporte público (muy eficiente y bien mantenido). Además de en Pekín y Shanghái en Hong Kong puedes comprar una tarjeta prepagada inteligente que te da acceso a todos los transportes y que al final de la estancia en la ciudad te regresan el depósito inicial. Todos los letreros se encuentran traducidos al inglés ( o a alguna de sus versiones, hay anuncios verdaderamente cómicos por su “spelling” ).
Todos los niños están estudiando inglés, en 20 años China será uno más de los países occidentalizados. No me queda muy claro si es eso es bueno o malo, lo que es claro es que ya está aquí.
Pekín tan diferente y tan familiar. Hablando de China todo debiera ser distinto, pero en muchos aspectos se parece a la ciudad de México, versión corregida y aumentada.
La Cuidad Púrpura Prohibida.
La ciudad prohibida se construyó por instrucciones del emperador Zhu Di de la dinastía Ming sobre las cenizas de los palacios de la dinastía Yuan (la del los Khanes mongoles) quemados por su padre.
La obra comenzó en 1406 y en los 15 años que duró su construcción participaron más de un millón de trabajadores. Los edificios son de madera y se usa extensivamente el mármol de la zona. Las baldosas de los pisos interiores son conocidas como “ladrillos dorados” no por el noble metal sino por el color que adquirieron por el método de cocción de Suzhou.
Fue la residencia de 24 emperadores por casi 500 años. Con el pasar del tiempo, el rito (confucianismo, taoísmo, budismo y chamánismo) llegó a ser la principal función de los emperadores que ya no ejercían su poder administrativo. Las travesuras de concubinas y otros demonios dominan al historia del lugar y son la principal línea argumental de las telenovelas locales.
La visita comienza con la icónica foto de Mao frente la “infamous” Tiana’anmen (equivalente a 5.4 zócalos). Eso del centralismo no es exclusivo de aztecas, españoles o priistas.
Fachada hacia Tian’anmen con el retrato de Mao Zedong (Tse´tung)
Pueta sur. Los muros miden 9 m de ancho y de lente tienen un foso de 52m de ancho.
El primer espacio es la gran plaza atravesada por el río de agua dorada. Al fondo en el centro el primer gran salón en el eje sur-norte.: El Salón de la Armonía Suprema. Hermoso nombre para la mayor estructura de madera en China (30m de altura).
Al cruzar este salón se vuelve repetir el esquema. Y así por casi un kilómetro.
A los costados del eje central Sur-norte se encuentran edificios menores pero no por ello menos interesantes.
Jardín imperial.
Al fondo se atisba el templo Jingshan.
Uno de los nueve dragones del mural del palacio de la Longevidad Tranquila.
hay torres en las cuatro esquinas de la ciudad amurallada.
A medida que avanzas adquiere preeminencia el templo budista que está sobre la colina Jingshan. Es una montaña artificial hecha con la tierra que se sacó para hacer el foso perimetral de 50 metros de ancho y unos 4 kilómetros de largo.
Templo del Lama
Pero si caminar horas no es lo tuyo, te recomiendo el sacrilegio de no visitar la ciudad prohibida y en su lugar ir al templo del Lama. De la misma época y de tradición budista.
Aquí las dimensiones son mucho más humanas y el cuidado por el detalle más que compensa la diferencia de tamaño.
El budismo himayana, es una versión “muy china” de las enseñanzas del buda. El folklor es parte integral: oro, colores y dragones en abundancia.
Gran Muralla China
Desde luego ninguna visita a Pekín está completa sin la Muralla, aunque no todo lo que se dice es cierto. Es común oír que es la única estructura hecha por el hombre visible desde el espacio !!!
En primer lugar, en invierno es casi indiferenciable del árido suelo; o en caso de haber nieve: la que está sobre, de la que está afuera. Pero aun asumiendo que el viaje espacial es en primavera y el contraste de color resultase hermoso, en ningún caso la Gran Muralla China es tan ancha como una autopista de Los Angeles.
Pensado en obras de la antigüedad que pudieran ser vistas desde tal altura, quiero imaginar que Angkor con su lago artificial perfectamente rectangular de 8km de largo sería un mejor objetivo, sobretodo si tienes la suerte de posicionarte donde se refleje el sol y muestre el origen humano por su forma regular.
Sin embargo hay un dicho Chino más acertado. Explica que si visitas la Muralla una vez eres un buen chino, si vas una segunda: un tonto.
En cuanto a la cultura y su influencia en el día a día, me quedo con la escritura. Vaticinada a desaparecer, tiene más presencia que nunca. Es un recurso del que carecemos en occidente: por ser ideográfica (totalmente independiente del lenguaje hablado) permite la comunicación entre personas que no hablan el mismo idioma.
Exhorto de Confucio a la paciencia.
Para atraer la buena fortuna.
Usa la imagen como un valor propio: el tono de un texto se puede ver. Para los chinos que dominan alguna lengua occidental, nuestra escritura es insulsa e incapaz de comunicar la misma emoción. Ahora toma más sentido para mi el valor artístico que le dan a la caligrafía, la poesía no sólo tiene ritmo y melodía, en China su belleza es visual.
No tengo palabras para describir la excelencia de British Columbia. En un entorno natural muy hermoso y cosmopolita (en lo humano) se encuentra de todo: sofisticación, areas públicas de primer nivel, amabilidad, limpieza y agua. Agua del cielo, agua del mar, agua en la tierra.
En este viaje me quedó muy claro por qué a los Canadienses les molesta que se les identifique como Americanos (USA). Aunque su infraestructura es similar, la gente y en concreto su educación y diversidad los hace muy diferentes, más amables y tolerantes, con una mayor consciencia sobre la naturaleza y el respeto que los lleva a conservar el entorno para nuestro deleite.
Al llegar a Vancouver (como en las películas) estaba lloviendo sin parar, no con la fiereza que acostumbramos en el trópico pero sí con estoica perseverancia. Así que me dí una escapada hacia el norte para disfrutar las vistas de la costa oeste y con esperanza de cambiar la lluvia por nieve.
De regreso ya de noche, la lluvia me dio una tregua y pude tomar un par de fotos con la guía de Johnny (estaba tratando de estabilizar la cámara sobre una reja y su altura solucionó ese problema, fue su amabilidad la que lo llevó a guiarme) a la mejor vista del skyline desde Vancouver North.
Lions Gate desde Ambleside.
La mejor vista desde el norte es Harbourside Pl, pero estaba obstruida por unos cargueros anclados, así que nos movimos hacia el Oeste al centro comercial en Carry Cates Ct. donde tome este panorama:
Al día siguiente en Granville y alrededores disfruté del ambiente local. Mucha cultura por todos lados Conservatorio de música, universidad, gente haciendo ejercicio, zonas residenciales con marinas de fondo. Gran calidad de vida.
Vancouver es una gran metrópoli que tiene para todos los gustos, desde los más refinados a los más aventureros. La oferta culinaria es amplia.
La vida va dando vueltas y lo que parecía podría ser una ilusión no consumada se esta convirtiendo en el inicio de una gran Aventura.
La idea original de volar nosotros el avión privado requería de mucha organización y coordinación, que con el tiempo se fue diluyendo. Para ese proyecto creé esta página, y es este ejercicio el que me descubrió el mundo que tenía delante. No para ser visto a través de la computadora, sino de la experiencia personal.
Al darme a la tarea de investigar, descubrí que la mayoría de la información va dirigida a dos extremos: los jóvenes backpackers con presupuestos muy reducidos y dispuestos a toda tortura o los viajes de lujo. Sin embargo para un outsider de clase media como yo, la información, si bien hay en abundancia, está más dispersa.
Así que dado a la tarea lo primero fue definir los destinos. Esta decisión altamente personal incluye los destinos más populares pero filtrados por mis propios deseos y manías.
Para empezar vivo en México, así que aunque Estados Unidos tiene grandes atractivos y puedo ir con relativa facilidad no fue el blanco de mis ambiciones.
Una de las actividades que darán forma al viaje es la fotografía, por ello Islandia saltó a primer plano junto a la bahía de Halong, Angkor Wat, las calles de la India , y un sinfín de íconos culturales de Asia y Europa. Claro que Iguazú, Machu Picchu, el Serengueti, Giza, Petra … hicieron instantánea presencia, pero tuve que elegir y quien sabe si habrá una segunda vuelta.
La decisión de ruta es también producto de múltiples factores: clima, presupuesto, tiempo… Comenzando con el clima (y ya apartados de la prioridad América, África y Oceanía) Asia y sobre todo la parte del sudeste es mejor visitarla lejos del monzón, es decir de Noviembre a Marzo. Mientras que Europa ofrece una buena combinación de clima, costo y disponibilidad en primavera y otoño.
Quedan dos soluciones óptimas. La vuelta hacia el Oeste comenzando en invierno en Asia y terminando en primavera en Europa. O comenzar en el viejo continente en otoño y moviéndose al Este. Opté por la primera y el 16 de enero dejaré mi hogar.
Islandia es un paraíso natural mágico. Esta isla, situada en el extremo norte de Europa, te invita a vivir una experiencia inolvidable. No sólo ofrece un paisaje imposible de ver en cualquier otro lugar del planeta sino que, además, sus volcanes (que inspiraron a Julio Verne), fiordos, cascadas, géiseres e icebergs conforman un conjunto con atractivos que difícilmente se pueden encontrar en otros países.
Un país que no sólo le ofrece una excelente gastronomía y una cultura interesante sino también una mágica atmósfera a la que contribuyen sus míticas criaturas y Elfos.
Un viaje a Islandia invita a disfrutar montañas fantásticas, saludables aguas geotermales, volcanes, glaciares, parques naturales y la música de Björk y Sigur Rós.
El idioma de sus 330,00 habitantes es el Islandés (derivado del Danés). Es una lengua flexiva sintética de gran complejidad morfológica. Islandia deriva su nombre del islandés Ísland que significa “Tierra de Hielo”. Sin embargo el primer nombre fue Snæland “Tierra de Nieve” acuñado por el navegante vikingo Naddoddr. Por suerte casi todo el mundo habla inglés.
Reykjavik es la capital y nuestro aeropuerto de destino.
La moneda es la Corona Islandesa (ISK). Para cambiar algo de efectivo, el aeropuerto es el mejor lugar. Visa y MasterCard se reciben en casi todos los establecimientos.
No se requiere visa ni vacunas.
EL horario es UTC+0, El horario de verano 2016 comienza el 27 de marzo.
La electricidad es de220 voltios a 50 Hz y los enchufes son de tipo europeo, de dos patas redondas.
Hay cafeterías con internet y puntos de acceso Wi-Fi en las ciudades.
La comida típica es a base de pescado o cordero. Las bebidas alcohólicas son caras.
La característica más importante es lo increíblemente cambiante del clima, incluso en el mismo día. Un proverbio Islandés dice “Si no te gusta el clima, espera 5 minutos”. Pero gracias al agua calentita que les mandamos desde el caribe (corriente del Golfo) el clima es muy agradable para lo cerca que está del polo norte.
Ingólfur Arnarson en el 874 fue primer colono nórdico. Escogió la actual zona de Reykjavic para asentar su granja y para 970 ya se había ocupado la mayoría del terreno cultivable, pero debido al mal clima y las erupciones volcánicas fue durante siglos de las zonas más pobres de Europa.
Establecimiento y Mancomunidad Islandesa (874–1262)
Una de las teorías sobre el poblamiento de su territorio actual afirma que los primeros habitantes de la isla llegaron en el siglo VIII d.C. y que eran miembros de una misión de monjes ermitaños, también conocidos como papar, provenientes de Irlanda o Escocia, aunque no existen descubrimientos arqueológicos que apoyen esta hipótesis.
Se presume que los monjes dejaron la isla cuando arribaron los escandinavos, quienes se asentaron sistemáticamente en el período entre los años 870 a 930. Un artículo de la publicación Skirnir, donde se muestran los resultados de investigaciones realizadas con radiocarbono, sugiere que el país pudo haber estado habitado desde la segunda mitad del siglo VII d.C.
El primer colono nórdico permanente conocido fue Ingólfur Arnarson, quien construyó su granja en la zona de la actual capital en el año 874. Ingólfur fue seguido por muchos otros colonos emigrantes, en gran medida nórdicos, y sus esclavos irlandeses. En 930, se había ocupado la mayor parte del terreno cultivable y se fundó el Alþing, un parlamento legislativo y judicial, como centro político de la Mancomunidad Islandesa.
El culto pagano comenzó a abandonarse hacia el año 1000, con la cristianización de la isla. La Mancomunidad duró solo hasta 1262, cuando el sistema político ideado por los colonos originales se mostró incapaz de afrontar el creciente poder de los caciques islandeses.
Colonización escandinava (1262–1814)
Las luchas internas y civiles de la era Sturlung llevaron al país a la firma del gamli sáttmáli (pacto antiguo) en 1262, tratado que lo situó bajo la Corona Noruega. La posesión de Islandia pasó a Dinamarca-Noruega a finales del siglo XIV, cuando los reinos de Noruega, Dinamarca y Suecia se unieron en la Unión de Kalmar. En los siglos posteriores, se convirtió en uno de los países más pobres de Europa.
A mediados del siglo XVI, Cristián III de Dinamarca comenzó a imponer el luteranismo a todos sus súbditos.
En 1783, la erupción del volcán Laki condujo a una de las mayores catástrofes medioambientales en la historia europea. Esta duró 8 meses, acabó con el 20% de la población islandesa y produjo una nube (la “bruma de Laki”) que trajo una hambruna de tres años en todo el mundo, que mató aproximadamente a 6 millones de personas (un cuarto de la población) en lo que se conoció como «Las Penurias en la Niebla» (en islandés: Móðuharðindin), y que se considera uno de los acontecimientos climáticos más importantes y con mayores repercusiones sociales del último milenio
Movimiento de independencia (1814–1918)
En 1814, después de las Guerras Napoleónicas, Dinamarca-Noruega fue dividida en dos reinos separados mediante el Tratado de Kiel. Islandia, sin embargo, permaneció como una dependencia danesa.
Durante el siglo XIX, el clima del país continuó empeorando, lo que provocó una emigración en masa hacia el Nuevo Mundo, especialmente hacia la provincia de Manitoba en Canadá.
El movimiento de independencia de Islandia nació bajo el liderazgo de Jón Sigurðsson. En 1874, Dinamarca le concedió una Constitución y un gobierno limitado, que fue ampliado en 1904.
Reino de Islandia (1918–1944)
El Acta de Unión, un acuerdo con Dinamarca firmado el 1 de diciembre de 1918 y válido durante 25 años, le brindó a Islandia el reconocimiento como un Estado plenamente soberano en una unión personal con el rey de Dinamarca.28 El estatus que alcanzó Islandia es similar al de los países que pertenecen a la Commonwealth británica, cuyo soberano es el monarca del Reino Unido.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se unió a Dinamarca en su postura neutral. Después de que Alemania ocupara Dinamarca el 9 de abril de 1940, el Althing declaró que el gobierno de Islandia debería asumir los deberes del rey danés y se haría cargo de su propia política exterior, además de otras cuestiones previamente manejadas por Dinamarca a petición de Islandia.
Un mes más tarde, las Fuerzas Armadas Británicas invadieron Islandia, violando la neutralidad islandesa.26 En 1941, el dominio del país pasó a los Estados Unidos para que el Reino Unido pudiera desplegar sus tropas en otros lugares.
El 31 de diciembre de 1943, el Acta de Unión caducó después de 25 años.26 A partir del 20 de mayo de 1944, los islandeses votaron en un referéndum de cuatro días para determinar el futuro de la unión personal con el rey de Dinamarca, y el posible establecimiento de una república.30
El voto fue del 97% a favor de poner fin a la unión personal y del 95% a favor de una nueva Constitución republicana. Finalmente, se convirtió oficialmente en una República el 17 de junio de 1944, con Sveinn Björnsson como el primer presidente. top
Puntos de interés
El Círculo Dorado
Si tienes sólo un día en Islandia lo deberías dedicar al Círculo Dorado. Se trata de un circuito terrestre de 300 km que sale de la capital e incluye:
el parque Thingvellir, aquí se hace evidente la falla entre las placas continentales de norteamerica y eurasia, también puedes disfrutar la cascada de Öxarárfoss
Geysir que dio origen a la palabra geyser ya no está activo, pero muy cerca está el de Strokkur que exhala regularmente cada 10 – 15 minutos.
y la espectacular cascada de Gullfoss, sin duda de lo mejor del antiguo continente.
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El Sur de Islandia
El sur de Ia isla ofrece imágenes únicas en Europa:
La cascada de Seljalandfoss tiene 60m de altura, es posible pasar por detrás de la caída de agua.
Las cascadas de Skogafoss, casi todo el mundo visita la que está a pie de carretera, date el tiempo de caminar 3km por el cañon. la última en la marca 44 es espectacular.
La playa de arena negra de Dyrhólaey termina con un icónico arco de roca.
el caño Fjaðrárgljúfur.
sobre columnas de basalto discurre la cascada de Svartifoss,
más al este, el Glaciar de Vatnajökull es el mayor,
al retroceder creó el lago Jökulsárlón que todo el año tiene icebergs,
Höfn es la mayor población en el área, con 2,167 habitantes y opciones para alojarse. Puede ser la base para escaparse a los fiordos mas al norte.
Y si el tiempo lo permite una escapada hacia los fiordos: Seyðisfjörður y Mjóifjörður no están propiamente en el sur, pero vale la pena alargar la ruta.
Seyoisfjorour, Iceland.
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Mjoifjordur
Reykjavik
Islandia no es sólo para admirar la naturaleza y tomar las mejores fotos, la capital ofrece todas las amenidades de una gran capital, como los mejores restaurantes en todo tipo de especialidad ( TripAdvisor, FoodRepublic, TheCultureTrip, LonelyPlanet, MyReykjavik ), la vida nocturna (Laugavegur) empieza tarde, especialmente viernes y sábados y no se circunscribe a Bjork, sino que ofrece un ecléctico espectro.
En la cuidad también encuentras malecones que rodean la ciudad, la sala de conciertos Harpa, la vista desde la torre de Hallgrímskirkja (la catedral) o The Pearl (un mirador con restaurante giratorio sobre la reserva de agua termal para calentar la ciudad), el museo nacional, la escultura Solfar, Arbaejarsafn (museo folk al aire libre).
Vuelta a la Isla
Si tienes tiempo, vale la pena darle toda la vuelta a la isla, son entre 1,500 y 2,500 km dependiendo de que tantas desviaciones tomes de la carrera principal. Otra forma popular y no cara de conocer la isla es tomar vuelos locales pues todas las comunidades cuentan con aeropuerto.
Cascada Selfoss en el norte.
Auroras boreales
Islandia es uno de los más atractivos lugares del planeta para disfrutar de las auroras boreales. Estas dependen de varios factores, vamos analizándolos uno por uno:
La mejor época para que se produzca el fenómeno es entre los equinoccios de otoño y primavera, es decir el invierno cuando el sol es más tangencial, pues estas se forman por la colisión del viento solar con la atmósfera (ver indice Kp, NOAA). En verano el día es demasiado largo.
El mejor lugar es en círculo polar, debido al campo magnético de la tierra. El norte de Islandia está justo en el borde.
Se necesita que el cielo este despejado de nubes para poder verlas o fotografiarlas; por ello primavera y otoño aún sin ser el pico de actividad tienen mejores opciones de visibilidad.
Que el cielo esté obscuro también mejora la visibilidad así que la luna nueva es un ingrediente extra y muy fácil de planear, en mi caso el 7-abr-2016.
Alargar tu estadía también mejora las posibilidades de que todos los factores se alineen en tu favor.
You don’t have infinite money. Spend it on stuff that research says makes you happy.
Most people are in the pursuit of happiness. There are economists who think happiness is the best indicator of the health of a society. We know that money can make you happier, though after your basic needs are met, it doesn’t make you that much happier. But one of the biggest questions is how to allocate our money, which is (for most of us) a limited resource.
There’s a very logical assumption that most people make when spending their money: that because a physical object will last longer, it will make us happier for a longer time than a one-off experience like a concert or vacation. According to recent research, it turns out that assumption is completely wrong.
“One of the enemies of happiness is adaptation,” says Dr. Thomas Gilovich, a psychology professor at Cornell University who has been studying the question of money and happiness for over two decades. “We buy things to make us happy, and we succeed. But only for a while. New things are exciting to us at first, but then we adapt to them.”
So rather than buying the latest iPhone or a new BMW, Gilovich suggests you’ll get more happiness spending money on experiences like going to art exhibits, doing outdoor activities, learning a new skill, or traveling.
Gilovich’s findings are the synthesis of psychological studies conducted by him and others into the Easterlin paradox, which found that money buys happiness, but only up to a point. How adaptation affects happiness, for instance, was measured in a study that asked people to self-report their happiness with major material and experiential purchases. Initially, their happiness with those purchases was ranked about the same. But over time, people’s satisfaction with the things they bought went down, whereas their satisfaction with experiences they spent money on went up.
It’s counterintuitive that something like a physical object that you can keep for a long time doesn’t keep you as happy as long as a once-and-done experience does. Ironically, the fact that a material thing is ever present works against it, making it easier to adapt to. It fades into the background and becomes part of the new normal. But while the happiness from material purchases diminishes over time, experiences become an ingrained part of our identity.
“Our experiences are a bigger part of ourselves than our material goods,” says Gilovich. “You can really like your material stuff. You can even think that part of your identity is connected to those things, but nonetheless they remain separate from you. In contrast, your experiences really are part of you. We are the sum total of our experiences.”
One study conducted by Gilovich even showed that if people have an experience they say negatively impacted their happiness, once they have the chance to talk about it, their assessment of that experience goes up. Gilovich attributes this to the fact that something that might have been stressful or scary in the past can become a funny story to tell at a party or be looked back on as an invaluable character-building experience.
Another reason is that shared experiences connect us more to other people than shared consumption. You’re much more likely to feel connected to someone you took a vacation with in Bogotá than someone who also happens to have bought a 4K TV.
“We consume experiences directly with other people,” says Gilovich. “And after they’re gone, they’re part of the stories that we tell to one another.”
And even if someone wasn’t with you when you had a particular experience, you’re much more likely to bond over both having hiked the Appalachian Trail or seeing the same show than you are over both owning Fitbits.
You’re also much less prone to negatively compare your own experiences to someone else’s than you would with material purchases. One study conducted by researchers Ryan Howell and Graham Hill found that it’s easier to feature-compare material goods (how many carats is your ring? how fast is your laptop’s CPU?) than experiences. And since it’s easier to compare, people do so.
“The tendency of keeping up with the Joneses tends to be more pronounced for material goods than for experiential purchases,” says Gilovich. “It certainly bothers us if we’re on a vacation and see people staying in a better hotel or flying first class. But it doesn’t produce as much envy as when we’re outgunned on material goods.”
Gilovich’s research has implications for individuals who want to maximize their happiness return on their financial investments, for employers who want to have a happier workforce, and policy-makers who want to have a happy citizenry.
“By shifting the investments that societies make and the policies they pursue, they can steer large populations to the kinds of experiential pursuits that promote greater happiness,” write Gilovich and his coauthor, Amit Kumar, in their recent article in the academic journal Experimental Social Psychology.
If society takes their research to heart, it should mean not only a shift in how individuals spend their discretionary income, but also place an emphasis on employers giving paid vacation and governments taking care of recreational spaces.
“As a society, shouldn’t we be making experiences easier for people to have?” asks Gilovich.